Manuel Viola se inició en la fotografía de forma autodidacta cuando tenía 12 años, antes de interesarse por lo que sería su futura especialidad profesional, la medicina. El fotógrafo sevillano, con solo 17 años ganó su primer concurso en Alcalá de Guadaira, Sevilla. Tras obtener varios premios, Viola abandona los certámenes hasta 2013, año en el que gana el primer accésit de Canson.

La fotografía ha acompañado a Manuel Viola en cada paso, y su talento como retratista junto a su ojo crítico y social, le han llevado a conseguir innumerables reconocimientos, siendo el más destacado el Primer Premio Nacional al mejor fotógrafo, otorgado por la Confederación Española de Fotografía (CEF). Viola ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto en España como en el extranjero.